martes, 29 de septiembre de 2009

Siempre nos quedará el recuerdo

Martes como otro cualquiera. Con el añadido especial de que me dirijo junto a un buen amigo, de esos que hace tiempo que perdí la cuenta de los años que hace que lo conozco. Nos dirijimos a uno de esos enclaves casi mágicos. Las paredes y los muros de los cuales guardan infinidad de secretos en lo más recóndito de nuestras mentes.

A decir verdad poco esperaba de nuestra sorpresiva visita para algunos. Contemplamos curiosos a las nuevas generaciones, que de alguna manera han cogido el testigo aquel que un día dejamos. Ver aquellas caras desconocidas nos produce una extraña sensación. Evidentemente no nos reconocemos entre aquella multitud, son como espejos retrosprectivos de mejores épocas...con las consecuentes diferencias.

Nuestra llegada allí tiene un cierto sabor agridulce. Como si en si aquellos magníficos recuerdos que viven en nuestra mente nos abrazaran furtivamente al visualizar aquel lugar al mismo tiempo que nuestra mente abre la puerta a una infinitud de situaciones pasadas. El trato con las pocas gentes que aún perviven allí desde aquellos tiempos pasados nos recalca que los años no suelen pasar en balde.

Pero aún quedaba un viejo profesor, más que profesor me gustaría llamarle maestro. Es de aquellas personas que además de impartir su signatura de una manera totalmente correcta, es capaz de inculcar respeto entre tu lista de valores. Su estricta forma de enseñar hizo que su admiración hacia el afán de superación resultara para mi ciertamente especial, confortante...algo de lo que sentirme plenamente orgulloso.

Siempre creyó en mi, en mi afán de superación, en mi esfuerzo diario, en mi trabajo....ello hizo que mi decisión de no realizar la selectividad, y por ende posteriormente no realizar ninguna carrera universitaria, ciertamente le disgustara. Intuyo que pensaría (y seguirá pensando a día de hoy.....como bien he podido corroborar) que mi sentido del trabajo incansable era el suficiente como para poder realizar una carrera universitaria. Quizás piense que estudiar un ciclo formativo era malgastar ese talento que tenía llamado trabajo diario y afán de superación.

Sea como fuere...esa pequeña puya traviesa es inevitable que no consiguiera que esbozara una sonrisa por mínima que fuera....gracias por creer en mi.......incluso años después....con todo lo que ello conlleva el paso de los años para lo bueno y para lo malo.

Día de recuerdos. Día de vivir una de las mejores cosas que se le brindan al ser humano. Por que al fin y al cabo, nuestros recuerdos y nuestros sentimientos es lo único que acaba muriendo con nosotros.

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