Siempre nos quedará el recuerdo

Martes como otro cualquiera. Con el añadido especial de que me dirijo junto a un buen amigo, de esos que hace tiempo que perdí la cuenta de los años que hace que lo conozco. Nos dirijimos a uno de esos enclaves casi mágicos. Las paredes y los muros de los cuales guardan infinidad de secretos en lo más recóndito de nuestras mentes.

A decir verdad poco esperaba de nuestra sorpresiva visita para algunos. Contemplamos curiosos a las nuevas generaciones, que de alguna manera han cogido el testigo aquel que un día dejamos. Ver aquellas caras desconocidas nos produce una extraña sensación. Evidentemente no nos reconocemos entre aquella multitud, son como espejos retrosprectivos de mejores épocas...con las consecuentes diferencias.

Nuestra llegada allí tiene un cierto sabor agridulce. Como si en si aquellos magníficos recuerdos que viven en nuestra mente nos abrazaran furtivamente al visualizar aquel lugar al mismo tiempo que nuestra mente abre la puerta a una infinitud de situaciones pasadas. El trato con las pocas gentes que aún perviven allí desde aquellos tiempos pasados nos recalca que los años no suelen pasar en balde.

Pero aún quedaba un viejo profesor, más que profesor me gustaría llamarle maestro. Es de aquellas personas que además de impartir su signatura de una manera totalmente correcta, es capaz de inculcar respeto entre tu lista de valores. Su estricta forma de enseñar hizo que su admiración hacia el afán de superación resultara para mi ciertamente especial, confortante...algo de lo que sentirme plenamente orgulloso.

Siempre creyó en mi, en mi afán de superación, en mi esfuerzo diario, en mi trabajo....ello hizo que mi decisión de no realizar la selectividad, y por ende posteriormente no realizar ninguna carrera universitaria, ciertamente le disgustara. Intuyo que pensaría (y seguirá pensando a día de hoy.....como bien he podido corroborar) que mi sentido del trabajo incansable era el suficiente como para poder realizar una carrera universitaria. Quizás piense que estudiar un ciclo formativo era malgastar ese talento que tenía llamado trabajo diario y afán de superación.

Sea como fuere...esa pequeña puya traviesa es inevitable que no consiguiera que esbozara una sonrisa por mínima que fuera....gracias por creer en mi.......incluso años después....con todo lo que ello conlleva el paso de los años para lo bueno y para lo malo.

Día de recuerdos. Día de vivir una de las mejores cosas que se le brindan al ser humano. Por que al fin y al cabo, nuestros recuerdos y nuestros sentimientos es lo único que acaba muriendo con nosotros.

Hay que joderse.....

Que cansancio llevo encima por dios. En fin, quizás hoy debería celebrar que vuelvo a ser Español de nuevo. Una persona sin trabajo vamos.



Pelillos a la mar. El otro día me quejaba de que mi particular temporada estaba siendo la misma mierda que siempre. Ahora empiezo a encontrarle el punto interesante. Eso de plantarle cara a esos fantasmas que en cierta manera te atormentan tiene su gracia. Aún es pronto para que empiecen a endurecerse mis pezones. Pero tal y como está el panorama hay que agradecer que te haya tocado éste y no aquel.



Los cambios, en su gran mayoría suelen ser como los antibioticos. Jodidos de digerir, pero tremendamente efectivos a la hora de repartir bienestar en los cuerpos en los que les ha dado por aterrizar. También cabe destacar que aquellos que se atreven a instaurar cambios en su vida, los cuales vayan más allá de cambiar el color de las cortinas tienen un par de cojones.



Eso si, la mayor parte de las ocasiones éstas transiciones particulares tienden a dar por el culo, gracias a dios. Si no menudo coñazo.

Un cambio ciertamente trascendental. La misma mierda de siempre en cuanto a ese pilar básico para la vida de las personas que es sentirse útil, y el mayor fantasma atormentador que pone trabas a la total calidad en todas y cada una de mis santas putas temporadas....la decadencia...agazapada en la penumbra, sigilosa...esperando a atacar a su presa.....

Que dios me de dos cojones más. Que con los dos que tengo me temo que haré corto.

Hoy voy a ser reiterativo

Ya por todos es sabido que hablo de mi vida como del cor de la ciutat se tratase. Hablo de temporada siempre, y éstas van desde septiembre hasta casi julio. Debe de ser que tengo arraigado en mi ese instinto de que tan sólo es durante el curso escolar cuando ocurren cosas interesantes....o en su caso productivas. Luego venía la época estival en la que ibas a la playa, dejaban de dar tus séries favoritas y te tocabas los cojones muy a gusto.

Pues empieza otra nueva temporada. La premisa de que casi todo el mundo Lluisa Cura se ha ido a tomar por el culo puede sugerir que aunque cayera una puta bomba nuclear y arrasara con todo ésta temporada ya estaría teniendo más calidad que las dos anteriores.

Pero me encuentro ante la misma mierda de siempre. Con suerte he encontrado una ocupación mal llamada empleo. En la que las apuestas más generosas apuntan a que si el viernes seguimos allí (Es que mi compañero encima es un antiguo conocido mío....guau, las fuerzas del cosmos se lo han currado ésta vez. Ni la vicepresidenta del gobierno de la vega saliendo de mi tarta de cumpleaños sería una sorpresa tan gorda.

No hay tampoco muchas perspectivas de tener un empleo que tenga una continuidad mínima. Y acabo de darme cuenta que eso es un pilar básico para sentirte realizado, útil....feliz que diríamos. Paso de extenderme más dando una clase práctica de como interpretar correctamente la piramide de Maslow.

Creo que con ésto está todo dicho. Sumándole algún que otro cambio mínimamente trascendental. Que haría pleno efecto de existir ese pilar básico. Aunque quizás la cosa sea simplemente cuestión de paciencia. El barça del triplete comenzó la máxima competición perdiendo ante un equipo recién ascendido, y míralo.