domingo, 27 de junio de 2010

Su nombre era soledad

Mucha gente tiene siempre un mismo sueño recurrente, en el que se encuentra vestido con sus mejores galas, en una multitudinaria fiesta en la que no logra encontrar su sitio, sintiéndose sólo, desplazado,desubicado.

Con ganas de gritar a pleno pulmón, pero sin la garantía de que nadie pueda escuchar o simplemente hacer caso a tus gritos frutos de la desesperación, a pesar de éstar rodeado de decenas, e incluso de cientos de personas.
También existe un viejo proberbio, que reza las siguientes palabras...."No es más feliz el que más tiene, si no aquel con el que menos se conforma" sabias palabras aquellas. Sobretodo trasladadas al concepto de la amistad.

Dicen que quien de verdad tiene un amigo tiene un tesoro, o quizás que conocidos puede que tengas muchos pero amigos de verdad, de esos que acudirán sin la necesidad de ser llamados ante tus propias adversidades. Por lo tanto, aquellos que se muevan en circulos más amplios deberían ser los que en realidad menos amigos tendrían. Quizás ese la amplitud de ese circulo representaría en realidad un importante vacío.

Lo poco gusta y lo mucho cansa. Entre las muchas lecciones que he podido aprender a lo largo de ésta temporada, es que el hecho de ser una especie de relaciones públicas, creyéndote tremendamente rico en lo personal por el simple hecho de éstar rodeado de mucha gente es un sentimiento erroneo. Los amigos són como las estrellas, no abundarán en la mayoría de ocasiones , pero siempre estarán ahi, que al fin y al cabo es de lo que se trata.

Estando rodeado de gente, con el tiempo llegué a la conclusión de que aquel reducido circulo de gente que se mantenía al margen eran aquellos que verdaderamente me tendían su mano. Que en ese circulo tan grande podría encontrar sentimientos que disiparan mucho de la amistad. Tuve un sentimiento vacío. Su nombre era Soledad.

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