lunes, 24 de agosto de 2009

60%

Así me siento yo. A un sesenta por ciento. Con el ánimo no lo suficientemente bajo como para atiborrarme a drogas sintetizadas de laboratorio llamadas antidepresivos, pero tampoco con la firme convicción de negar que mañana no va a ser la misma mierda de hoy, y viceversa.
Tampoco es que pida mucho, tan sólo esa amable rutina que lejos de hacer envidiable nuestra vida a los ojos del vecino, si que ayuda a justificar más tus miserias y temores del día a día.
Quizás es que no nací para ser rico, o quizás directamente me estoy justificando por que nunca lo seré.

Pero si algo aprendí de mis clases de Márketing (Aprovecho para decir que el mundo comercial se une a mi lista de enemigos, junto con veteranos como el Lluisa Cura, recién llegados como la guardia urbana...y un sinfín más de corporaciones y personas tocapelotas sin más). Es que tu estado de ánimo es como una cadena de montaje de un coche.
No lo dijo con éstas palabras, pero éste es mi blog y cuento las cosas como me sale del rabo. A lo que ibamos. Los coches, como todo en ésta vida, no nace hecho...si no que lo hace después de una larga cadena de montaje. Desconocida e insignificante es la plancha encargada de hacer las dobladuras que dan forma a las puertas. Pero sin ella, a tomar por culo las puertas, y a tomar por culo el coche. Un montaje que no termina, una venta no efectuada (Ha salido la palabra venta y comercial en éste blog ya...robert, va dedicado a ti) un empresario cabreado, y un montón de hojalata cubriendo un espacio innecesario.
La personalidad de uno es lo mismo. Tu estado de ánimo repercute directamente en el transcurso de tu vida.

Si eres una persona feliz, motivada, sin aspiraciones desorbitadas pero con unos quehaceres y unas condiciones de vida favorables para aquel que sabe que no es más feliz quien más abarca probablemente tendrás más exito. Tus relaciones sociales serán más favorables, sonreirás más, te devolverán el doble de sonrisas, tendrás más posibilidades de recalcar en el ojo de alguien del sexo ajeno....y todo por algo tan banal como es el estado de ánimo, lo que son las cosas.
En cambio, alguien desmotivado, el cual está recibiendo una lección de la vida como yo tenderá a ir más cuesta abajo. Lo de lección más que nada es por que hace meses me reía de los pobres lloricas alarmistas que se estaban planteando montarse un negocio de shawarmas en el vaticano....por posibilidad de que el negocio prosperara.

Y ahora aquí estoy, desmotivado. Creo que es mejor que me olvide del sexo por una temporadita. Por lo menos hasta que alguien se fije en mis anormales ganas de trabajar. Eso es lo que me falta, una sencilla y feliz rutina. No quiero que mi culo sea una máquina expendedora de billetes, no quiero que mi vida sea el sueño que tienen todos aquellos que una vez dejé atrás. Tan sólo me conformo con ser una persona normal, coger cada día la misma línea de metro, cagarme a tiempo parcial en un jefe cabrón y saludar matutinamente a Manolo mientras me prepara un cortado, como a mi me gusta, como pido siempre.

Así es la vida, que a veces falta que te den por escrito el hecho de que estás en una situación que dista mucho de la que esperabas, un pozo en el que hace tiempo simplemente cagabas. Ahora tu eres parte de su mierda, por hablar más de la cuenta.

Mientras iba escribiendo éstas líneas me he empezado a acojonar. Si la vida me trata así por reirme de los lloricas de la crisis no me quiero ni imaginar con que moneda me va a pagar por reirme de los pagafantas..

¿He dicho pagafantas? No, tan sólo bellas personas con la baja autoestima que viven constantemene sobre las brasas del deseo y el sueño inalcanzable.

A ver si cuela y con suerte ésto no empieza a ser un barrio sésamo de la vida contemporánea por fascículos.

1 comentario:

  1. Ese 10% adicional puede ser determinante para mejorar un animo disminuido...

    Éxitos Salva

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